martes, 9 de septiembre de 2014

Que ganas tengo de mudarme ya...

¡Otra! Si, que racha llevo, otra entrada quejándome del asco que le tengo a mi puñetero y condenado pueblo. De hecho llevo 24 horas sin dormir y la verdad es que se nota bastante. Semanas atrás no podía dormir por las noches, de hecho solo dormía de una a dos horas si tenía suerte y la compaginaba con una hora más de sueño por las mañanas, pero es que directamente, tal cual, llevo desde ayer desde las seis de la mañana sin dormir.

¿Y qué ha pasado hoy? Mejor dicho, ¿anoche?
Bueno, lo de siempre, una macro-superfiesta en toda mi calle, prácticamente al lado de mi casa. Que cuando es fin de semana (viernes o sábado), pues oye, me aguanto un poco más, porque no tenemos que madrugar y lo veo hasta más normal. Pero cuando es lunes, entre semana en general, y al día siguiente tienes que madrugar e ir a trabajar, como que no me hace ni pu*a gracia.

Además, estos días iban avisando de lo que iba a ser anoche era un concierto de unas chicas, que solo iba a durar tres horas.
...
Jajajajaja, si es que me río por no llorar, esperar que una fiesta en este pueblo, en plena plaza de una calle dónde prácticamente todos los que vivimos en ella son abuelos o somos personas que madrugan todos los días entre semana, dure tres horas es tener una fe ciega impresionante.

Fue una discomovil a lo bestia, el sonido mucho más fuerte que todas las demás veces, ni concierto ni leches, ni tres horas ni leches, comenzaron a las once de la noche y no terminaron hasta las cinco y cuarto de la mañana, que por cierto, en una hora nos teniamos que levantar para madrugar y hacer cosas (sobre todo mi marido para ir a trabajar). Da igual lo mucho que cierres las puertas, ventanas y persianas o a que parte de la casa te vayas, retumbaba todo de una forma que parecía que la fiesta estaba justo encima nuestro o en nuestra misma puerta de casa. Era imposible pegar ojo. Mi marido pudo ponerse en una postura para taparse los oídos y durmió una o dos horas, pero es que yo no pude dormir ni media hora.

Resultado, 24 horas despierta, con un dolor de cabeza infernal y un agotamiento que casi no puedo ni levantarme cuando voy al baño. He intentado hace unas dos horas echarme a dormir, pero no logro conciliar el sueño. Me duele tanto la cabeza y me han despejado tanto que me es imposible dormir, estoy super agotada y me encuentro fatal. Encima como ayer era festivo en mi pueblo y los alrededores, busca una tienda que te venda tapones. Porque en el kiosco o en los bares dudo mucho que te los vendan. Y hoy aún tenía cosas que hacer por casa, pero me encuentro tan débil y tan mal que no puedo moverme. Ya me cuesta escribir esto, pero lo bien que sienta desahogarme no me lo quita nadie. Total, tampoco puedo dormir...

Tengo muchas, muchísimas ganas, de irme a una casita rural en el campo, alejada de todo, de las ciudades en general, y sobre todo de la tecnología y descansar repanchingada aunque sea solo un fin de semana corto. Mi marido también empieza a necesitarlo. Casi que vamos a ver si podemos en nochevieja darnos el capricho de pasar tres días en un hotel cómodo y olvidarnos de todo... lo digo en serio... repanchingaos, sin móviles, sin nada que nos moleste y bajando al restaurante del hotel a comer algo rico sin agobios. Que ganas tengo de verdad.

Vamos, es como si las vacaciones que ya hemos pasado no hubiesen ocurrido, jaja.
Imaginaos una noche cualquiera al lado de esto (y con la iglesia de gitanos detrás que también tienen tela, pero en verano se ve que de la calor que hace ahí dentro lo harán en otro sitio, pero cuando no son estos son los otros, pero los otros son peores que son por la noche), con un bebé en casa intentando dormir o cuando mi marido venga de una guardia o unas maniobras muy pesadas... imagináoslo. Un infierno.

2 comentarios:

  1. En parte te entiendo; no es que yo tenga esas fiestas al lado de casa, gracias a dios, pero sí es cierto que abajo de mi piso hay un local con chicos que muchas veces por la noche se ponen ahí a charlar... Pero es que hablan a gritos >.> Eso, o que hay mucho eco, no me lo explico, pero muchas veces a la 1 o las 2 de la mañana ha tenido que asomarse algún vecino a llamarles la atención y decirles que hay gente que madruga.

    Y luego, como tengo una piscina también debajo, que da a mi cuarto, a las 8 de la mañana ya están con la motosierra y la cortacésped dale que te pego, con un ruido de narices. Y yo pienso ¿es tan necesario de verdad cortar el césped todos los días?

    Sé que no es lo mismo que tu caso, pero >.< Yo al menos tuve la suerte que estos tres últimos fines de semana pude pasarlos en casa de mi chico que vive en la sierra y ahí no hay ruido alguno, al menos pude descansar. Espero que puedas dormir bien pronto, y que os podáis dar ese caprichito, que yo sé lo bien que sienta ^^

    ¡Un abrazo y ánimo!

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    1. Con decir que hace varios años atrás tenía un casal de fallas justo bajo mi habitación... xD Sí, sé como se siente, a toda casa que voy, tanto con mis padres como independizada siempre hay unos ruidos espantosos.
      Y recuerdo en nuestro anterior piso que yo siempre ponía la tele bajita para no molestar a los vecinos y míralos a ellos, sin consideración alguna, jaja.

      A ver cuando vamos porque estoy que me subo de las paredes.

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