jueves, 28 de agosto de 2014

¿Por qué narices cambian las recetas?

Esta es una de otras de esas entradas en las que menciono cosas de la infancia, pero al mismo tiempo pongo un ligero grito al cielo de como van cambiando las cosas con el paso de los años. En esta ocasión me dispongo a hablar de como a productos riquísimos de mi infancia, les hacen un estropicio con el paso de los años.

Puede que a algunos antes no les gustara y ahora al revés o les guste más ahora que antes, pero el percepción de mi paladar es totalmente distinto. Y buscando sabores de la infancia me encuentro con mierda en la boca que ni el aderezo de leche más suave con cola-cao me calman.

¡CHIQUILÍN OSITOS!

De pequeña recuerdo que me encantaban estos cereales. Comencé a comprarlos con las chapas que regalaban de Hamtaro, y desde entonces no paraba de comprarlos (ejem, realmente de pedírselos a mi madre) cada semana cuando se terminaban mis cereales habituales. Me compraba de ambos sabores, el de chocolate y el normal, y me encantaban los dos, se deshacían rápidamente en la leche y en la boca dejaban un sabor dulce no empalagoso que me encantaba, especialmente el normal, que a mi me sabía bastante bien a miel (desconozco si tiene miel o tenía, pero a mi me sabía así).

Hace cosa de un año y medio, decidí comprarme otra caja de chiquilín ositos. Sin embargo, el sabor no era nada igual al de aquella época, porque por ejemplo el de chocolate no me sabía nada a chocolate, de hecho estaba soso e insípido, y el normal, igual. No tenían sabor alguno y ahora tardaban un montón en deshacerse en la leche, y estos cereales fuera de la leche estaban aún más sosos. Una compra a la mierda, me tuve que terminar los cereales aunque estaban más sosos que el arroz blanco sin nada.

ESTRELLITAS

Estos cereales me encantaban de pequeña, y aunque ha día de hoy los siga comprando de vez en cuando (si, desayuno -cuando puedo y hay leche- el clásico desayuno de leche con cereales, que está muy rico), y aunque me sigan sabiendo a miel, no puedo decir que estén tan buenos como los recordaba. En primer lugar, recuerdo perfectamente de pequeña que podía hartarme con estos cereales sin leche y estaban deliciosos.  Estos, aunque no estén tan malos como otros que he ido probando (como el anterior de los ositos) y me sigan sabiendo a miel, me parecen un poco más sosos de lo que yo recordaba y con unos pocos sin leche ya tengo bacachuta.

CUÉTARA

La cuétara y su marca en general. Yo solo comía las Tosta Rica -para mi ya de toda la vida-, a veces las rellenas (que en realidad nunca me gustaron) y el surtido. Estuve un año sin comer galletas para comprar cereales/galletas de marca blanca (como las Rebuenas del mercadona), y cuando las volví a comprar en algún momento vi que habían cambiado la receta o algo así (o a lo mejor me confundo de galleta, sé que había otro de estos artículos de comida de cereales/galletas que decían que habían cambiado de receta también, y estaban malísimas...), y cuando las comía estaban... no tenía ese sabor.

En realidad no es un cambio de receta, parece que es un cambio en la forma de prepararlas. Porque hay veces que me las encontraba totalmente tostadas y tenían un sabor horrible, otras veces estaban sosas que parecía que sabían a plástico y otras veces, que podía contar casi con los dedos de una mano, me las encontraba con el sabor de antaño.

Las galletas estas rellenas no me gustaban, solo me las comí dos o tres veces por alguna amiga o porque mis madre también se las compraba para ella, así que no he vuelto a comprarlas para ver como saben. Lo que si comía de vez en cuando, sobre todo por navidades, era el surtido. Con los años me he ido comprando de marca blanca, y una vez que volví a comer el surtido de cuétara, todo el plantel del surtido era sosísimo. La galleta ovalada clásica de chocolate ni siquiera sabía a chocolate y su galleta estaba sosísima. Y de los barquillos ni hablemos.

LOS PHOSKITOS

Con los phoskitos tengo una relación amor y odio a la vez. Amor porque me gustaba su chocolate exterior. Odio porque el relleno no me gustaba. Sé que no es crema, pero la crema me daba (y sigue dándome) asco, y el relleno de los phoskitos me sabía más a crema que a leche. Hace unos años antes de mudarme, recuerdo haber comprado alguno y estaba totalmente distinto a como lo recordaba. ¿Mejor? No. Peor. Que ya es decir, con lo tiquismiquis que soy yo con los sabores.

LOS DONUTS DE CHOCOLATE

Y de la marca Donut, de otras no digo nada porque no he probado (excepto los que hacen en el horno (no los donut que venden en el horno, que también los venden), que se nota que son caseros y están muy buenos).
¿Y qué problema tengo con ellos? Con el clásico de azúcar ninguno, de hecho también echaré de menos ese donut de chocolate blanco encima y el donut de chocolate de fresa que después sacaron del mercado, o de aquellos donuts sin agujero uno relleno de crema (la primera crema que me gustó, todo hay que decirlo) y el otro relleno de cacao que estaban de muerte.
Bueno, pues en mi infancia y no tan infancia, los donuts de chocolate siempre estaban presentes en muchas meriendas. Ahora, actualmente, cuando los compro no saben a chocolate... ligeramente, pero no como recuerdo. El olor sí, todo lo que quieras. El sabor no tanto.

BOLLYCAO

Sí, el bollo que más me gustaba en aquel entonces era Bollycao, aunque ahora me decanto más por el viejo Doowap o Weikis, de la bella easo este último (¿no son el mismo pero lo sustituyeron uno por otro...? Bah, que más da). Ahora no me gusta nada el sabor, ¿han cambiado la receta? Por no decir qué, justamente los que salen en la fotografía, el enrollado y la mala copia de los dorayakis (¿sabíais que es con pasta de judías? pues eso) me parecen aberraciones de sabor. A lo mejor me confundo de marca con alguno, pero sé que probé dos así y estaban malísimos.

PD: Mención especial para las galletas Dinosaurus. Mientras que de pequeña adoraba comprarlas y las quería comer con locura, fue probarlas hace dos años y casi vomito (exagero, pero que se note mi descontento). Están asquerosas, y me las compré dos veces en sitios distintos a ver si era por una casualidad del destino que estaban sosas. Pues no.  Una lástima.

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Asi que mi conclusión es... ¿por qué narices cambian las recetas con el paso de los años? Algunos he visto que dicen "¡con más leche!" pero para mi seguro que es "¡con más productos químicos!" de lo malos que están, y me he dejado muchos más en la lista, pero creo que se entiende de por dónde va la cosa.

Y ya que estoy me voy a animar a hacer una entrada referente a productos de marca blanca que me parecen mil veces más buenos que los de marca cara. Ahí queda eso.

1 comentario:

  1. Voy a darte una buena y una mala noticia para explicar tu pequeña frustración, la cual coincide con la mia. Empiezo por la mala. Resulta que con la edad perdemos capacidad de gusto en nuestras papilas y eso unido a que los recuerdos siempre se potencian e idealizan nos da una posible explicación de lo sucedido. La buena es que no siempre la culpa es de la receta o de los cambios de fabricación, algunas recetas son las de siempre aunque ya no las podamos percibir igual, eso si, no todas.
    Un saludo.

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