¿Por qué Animal Crossing es importante para mí?

(Esta es una entrada programada de hace tiempo, ya que durante los siguientes meses a cuando escribí esta entrada estaría sin internet y no quería tener el blog abandonado, así que cuando escribo esta entrada (sobre noviembre de 2018) no se sabe aún nada del Animal Crossing de Switch, cuando publique esta entrada, ¡no sé si ya se habrá mostrado algo sobre el juego!) [Puede que haya hecho alguna entrada así alguna vez... pero nunca está de más volver a recordar...]

Con esta entrada quiero hacer algo un poquito especial, aunque prácticamente todo el blog en sí mismo es personal y ha reflejado esto una gran infinidad de veces. Sin embargo, llevaba ya un tiempo queriendo hacer una entrada así, y tras ver este vídeo, con el que comparto muchas 'vivencias', creo que ya iba siendo hora de escribirla.

¿Por qué Animal Crossing es tan importante para mí? 

(Así de paso aprovecháis esta imagen que tenía en el disco duro desde hace ya 4 años y vete a saber de dónde salió...)

Recuerdo que el segundo juego de DS que me compré fue el Animal Crossing Wild World. Sinceramente no recuerdo porqué me lo compré. Tal vez viese el juego en una revista... que me gustase lo que leía o lo que veía... o que simplemente me llamase la atención su portada. No lo sé.

Recuerdo más o menos mis primeros días con el juego. Llegué a mi nuevo pueblo sin tener ni idea de qué me iba a encontrar. Si que recuerdo con cariño mi primer pueblo, aunque no fue el definitivo ni al que le eché más horas. Tenía el portón en el centro del pueblo y al lado de él estaba la casa de Piluca (una vecina coneja). Mis tres primeras vecinas del pueblo fueron Piluca, Pinta y Praliné. Siempre recordaré ese primer contacto con mucho cariño.

Sin embargo, no sé que hizo que quisiera reiniciar el pueblo. El segundo pueblo sería mi partida definitva a este juego. Un juego que me duró desde 2006 a 2012, con un cartucho casi desgastado y seguramente con más de mil horas jugadas. Un juego que supuso mucho para mí, ¡y que aún recuerdo la distribución del mapa!

En la época en la que encontré el juego por primera vez, evidentemente yo seguía pasando malos momentos. Intentando comenzar una 'nueva vida escolar' en un instituto de una ciudad nueva, pensando que las cosas serían diferentes al colegio, no fue así en absoluto al final. En aquella época también me planteé varias veces el suicidio y lo intenté varias veces. La fuerza de querer hacer realidad mis sueños puede que fuese el combustible que necesitaba para no llegar más lejos. Y menos mal que no lo hice... pero tampoco tuve ayuda. Y no todo el mundo tiene valor para salir adelante completamente solo...

Animal Crossing te daba la oportunidad de desconectar del mundo real y tener un mundo propio dónde ganas una amistad (aunque virtual) con una gran variedad de vecinos animales muy carismáticos y con sus propios diseños y personalidades divertidas y definidas. Poder hacer lo que quisiera, y que mis vecinos jamás me juzgasen por mi aspecto o mis gustos, o simplemente fuesen amigos míos por haberme labrado mi amistad con ellos, ya significaba mucho para mí. Solo eran conjuntos de unos y ceros virtuales, seguramente. Pero eran los amigos que jamás tuve.

Tampoco tenía a nadie con quién compartir esta afición que empecé a desarrollar por los videojuegos. Seguramente para alejarme de un mundo real amargo y poco amable. Me gustan los juegos de fantasía o dónde puedo desarrollar una vida alternativa que sea un remanso de paz. Me tiraba horas y horas hablando con los vecinos, y sobre todo cazando y pescando y donando todo lo posible al museo, hasta completarlo.

Todo lo que no me daba la vida real (amistad, amabilidad, valor, compañerismo, gratitud, sentirte libre, sin ansiedad, sin estrés...) me lo daba este juego. Porque el avatar al que yo representaba, era justamente eso, una especie de copia de mí misma con un simpático aspecto. Jamás olvidaré todos esos años en Boboland (sí, así llamé a este pueblo), ni aquellas sesiones duras de 48 horas completas con el juego... Coincidía que las noches que me las pasaba jugando a Animal Crossing, eran noches que jamás lloraba desconsoladamente por la ansiedad y los miedos de mi vida. (Y sobre todo, agradezco a mis padres que aceptaran comprarme este juego y algunos más que significaron mucho para mí, porque en mi casa nunca se ha ido bien económicamente...)

Mira que las premisas del juego en realidad son muy simples... eres un nuevo habitante del pueblo... ahora hazte amigo de los vecinos, completa el museo, paga la hipoteca y explora a tu gusto. No tienes objetivos, te los marcas tú. No tienes nada que te obligue a jugar al juego, y sin embargo siempre estaba deseando entrar todos los días (sin contar para regar las flores...), porque, de una forma u otra, siempre había algo por hacer. En mi caso me encantaba coleccionar el catálogo normal, que excepto por los productos muy caros y algunos propios de Graciela o Alcatifa, ¡prácticamente completé el 95% de todo el catálogo del juego!

Creo que a raíz de este juego salió mi vena de coleccionista... me encanta encontrarme y coleccionar todos los objetos posibles de un juego. Y decorar mi hogar tontamente. Probar un montón de cosas raras mientras decoro y leer conversaciones entre varios vecinos o personajes. Interactuar con mi entorno con una vida virtual de fantasía dónde la única preocupación era no llegar a tiempo a las tiendas a vender lo que te sobraba en los bolsillos, o en no poder llegar a los eventos. Y sin embargo, sabes que estarán ahí otro año, u otro día cualquiera. El juego no te obliga a jugar, pero puedes jugar siempre que quieras y terminas con un vínculo especial por él.

Puedes tomarte sesiones largas de juego, o sesiones cortas según tu día. Incluso cuando estás estrasada, ocupada o inquieta, este juego siempre estará ahí. Aunque, con el tiempo, cuando ya has completado prácticamente todo, tarde o temprano vas abandonando el juego... aunque con Wild World solo me pasó porque pasé de un juego a otro, con New Leaf (que me parece un poco más aburrido que en WW y eso que tiene más cosas por hacer) sin embargo siento que el juego se ha quedado "obsoleto" y que ya no tengo nada más que hacer. Cada vez juego menos y no estoy contenta con mi pueblo, pero llevo desde 2013 con éste y no soy capaz de reiniciar toda una vida. Necesito volver a empezar desde cero, en un juego, o en un mundo, dónde hayan mejorado más la saga respecto a New Leaf y seguir avanzando y creciendo.

Si alguien no comprende porqué esta saga suele gustar tanto, es tan fácil como entender qué: no tienes límites ni objetivos cerrados, te aislas del mundo real por un mundo de amabilidad con personajes carismáticos y con mucha personalización y sobre todo, progresión. Aunque el componente multijugador y online también se disfruten, salvo robándole wifi al vecino en WW jamás tuve la necesidad de jugar con otros jugadores de forma online (espero que no me obliguen a partir de ahora a hacerlo...), por lo que tienes tu propia libertad contigo mismo. Si te vas a un sitio sin internet, puedes disfrutarlo al 100% sin depender de nada más. Tú, y tus vecinos. TU VIDA.

A lo largo de los años también me he vuelto más exigente con lo que me gusta (de ahí la crítica feroz que le dediqué a New Leaf), y Animal Crossing se ha convertido en una de esas sagas con las que soy muy exigente y quiero que mejore por encima de todo. Quiero que la nueva entrega de Animal Crossing para Switch sea mil veces mejor que las demás entregas anteriores, mejoren muchas cosas, recuperen otras y añadan muchas nuevas ideas que mejoren aún más la experiencia de juego.

Quiero que Animal Crossing me siga permitiendo esa libertad, ese mundo especial, mi propia vida alternativa, y momentos inolvidables que duren durante años y años sin cansarme. Solo le pido a Nintendo que no me obligue a utilizar online... o que no abuse de otras prácticas, que para mi gusto, sería arruinar y estropear una gran saga mágica que siempre nos tocará la patata de una forma u otra.

Uno de mis grandes proyectos siempre es, y será (junto al cómic), crear mi propio videojuego estilo Animal Crossing con todo aquello que no veo a Nintendo capaz de incluir en la saga... para hacerla aún más grande y alucinante. Seguramente nunca llegará más lejos, pero soy feliz mientras lo escribo todo. Igual que cuando juego a Animal Crossing (excepto al de móvil o cuando a Nintendo se le va la pinza y saca algo como Amiibo Festival...).

Otro día escribiré sobre Pocket Camp, que también le quiero dedicar unas palabrejas. Gracias por leer toda mi verborrea sentimentaloide :)