sábado, 7 de diciembre de 2013

Vivencias Románticas

Esta entrada casi podría interpretarse como una pequeña anécdota romántica, que dé paso a ideas de novelas románticas. A veces, las mejores historias de amor son las que se viven en la vida real. Muchos pasarán estos momentos de modos únicos e increíbles. Como dije en una entrada anterior, me apetecía escribir como conocí a mi actual novio y mi futuro marido en poco menos de dos semanas. Espero poder expresarlo todo bien.

Para empezar, diré que yo nunca he creído en el amor a primera vista. Ni que fuese tan fácil que alguien se enamorase como en las películas, a una velocidad prácticamente pasmosa y supersónica. No ha sido exactamente mi caso, pero si ha sido un buen flechazo. Un flechazo de cupido que ha dado en la diana de la mejor forma posible.

Comenzaremos por febrero de 2011. Yendo a una cena especial, con un grupo de "amigos", uno de ellos llegó más tarde y se trajo consigo a su hermano menor. Al verle, sí, me saltaron un poquito las chispas. Ese suéter azul oscuro y, casualmente su perilla (odio los hombres con perilla o barba, pero en él le quedan terriblemente sexy... ejem, vale, esto es otro tema) me dejaron bastante embobada en aquel momento, pero nada más. Después de aquello fuimos a jugar al billar y fue él mismo quién me enseñó a jugar, o al menos, a darme unos consejos. La forma en la que me hablaba, se dirigía a mi, y el tono agradable de su voz, hacía que me sintiese protegida y feliz.

Varias veces después quedando de nuevo con esos "amigos", algunas veces también venía con nosotros. Debido a mi timidez, raras veces entrablaba yo conversación, tanto con ellos como con él. Una de esas noches, él fue el primero que estableció la conversación conmigo, y nos dimos cuenta de que nos llevabamos bastante bien y teníamos bastantes cosas en común. Unas noches siguientes, fuimos a un Lasser Game dónde también nos lo pasamos bien, y como en aquella época ambos teniamos Facebook (aunque no me gustase, pero lamentablemente, era para estar a la "honda" con esta gente... odio estas cosas, pero si no, me sentía  apartada y no me hacía gracia), nos agregamos. A partir de ahí empezamos a hablar por el chat del mismo, y por lo tanto, a conocernos un poco más.

A pocos días antes a mi cumpleaños, él decidió sacarme de mi encerramiento en casa y llevarme a un centro comercial a merendar. Me invitó además a su casa, me compró un videojuego para jugar con su PSP, y estuvimos toda la tarde juntos hablando. Recuerdo como me sentí en aquel momento... muy vergonzosa, con el corazón a mil por hora. De alguna manera, pensé que me había enamorado. No quise reconocerlo de momento, a pesar de las miles de mariposillas, los nervios del estómago y lo maravillosamente genial que me sentía con él en ese momento... no quería pensar que me estaba precipitando como en esas películas de romances espontáneos.

Tres días después, sábado. El grupo había sido invitado para ir a una "torrá" al chalet de otro de sus amigos. Él también, y se ofreció llevarme en su coche también. De hecho, esa misma mañana quedamos juntos para ir a una joyería a mirar algunas cosas (un colgante con una estrella de sherif, que más tarde si conseguimos comprar, como adivinaréis, le tengo mucho cariño). Y cuando los coches estaban preparados, cogí el valor suficiente y me planté para ir en su coche. Y nadie pudo decir nada. Estaba muy decidida. Quería ir con él.

Una vez allí, tras varias cosas, cuando yo pensé que estaba sola, él siempre venía a hablar conmigo, y nunca me dejaba sola. Siempre me hacía reír. Me hicieron una fiesta sorpresa por ser mi cumpleaños, y la mayor sorpresa que me llevé fue cuando él me dio un regalo. Era justo lo que estaba pidiendo días atrás (una fusta... si, jajaja, aún la tengo a día de hoy), y la acompañó con una piruleta con forma de corazón. Vaya detallazo. Yo me puse roja como un tomate, y él también, se notaba. ¡Estaba en las nubes! ¡No me podía creer que me estuviese pasando todo eso! ¡Con la mala suerte que había tenido en el pasado! Yo ya me mentalicé tiempo atrás que nunca me pasaría algo como esto. Nunca perdéis la esperanza. Nunca.

Dos días después llegó el lunes, y también quedamos con este grupo, en casa de uno de ellos, que una amiga vino de Reino Unido de nuevo de visita. Recuerdo que una vez dentro de casa, le dijeron "tienes los ojos brillantes, ¿te has enamorado? ¿quién es?". Yo pensé que no era yo, y que lo tenía todo perdido, pero él les daba largas (a pesar de que las chicas me miraban a mi, sin hacer gestos, pero me miraban como diciendo que era yo... ingenua que soy, jaja). Cuando ya salimos juntos, me dijo que les dio largas porque como sabía que yo era muy tímida, si decía ahí delante de todos que era yo, seguramente me cohibiría y me echaría para atrás de la vergüenza que pasaría. Y debo decir que tenia razón. Si lo hubiese dicho ahí, la cosa hubiese sido distinto.

Al parque dónde fuimos después el siempre intentaba sentarse a mi lado. De hecho hacía tan buen tiempo que estabamos todos tumbados en el picnic y el acurrucado justo a mi lado. Y yo también aproveché y me tranquilicé y dejé que todas mis preocupaciones se esfumaran. Aquel momento fue el mejor momento de paz que tuve en toda mi vida.

Tras varias veces más quedando, paseando, yendo a pastelerías, y demás, llegó mayo. El viernes 19. Aún lo recuerdo. Cuando me dejó en casa en el coche, me dio un abrazo y me dijo "Te Quiero Sara". Simplemente dije un adiós y hasta mañana y luego subí a casa. A una velocidad supersónica. Al llegar a mi casa, empecé a saltar de felicidad y alegría y casi me subía por las paredes. Fue fantástico. La euforia se apoderó de mí y estaba muy, muy feliz.

El sábado fuí yo quién cogió valor para quedar con él. Y el domingo fuimos a la playa. Sin decirnos nada, sin declararnos, ya íbamos cogidos de la mano. Y al regresar a casa, ya nos confirmamos que queríamos estar juntos para siempre. Casi puedo decir que fue una experiencia épica y lo mejor que me había pasado en la vida. Y a pesar de nuestros altibajos, siempre hemos seguido adelante y nos queremos como el primer día.

Y yo que en el pasado no era nada romanticona...

1 comentario:

  1. Me alegro mucho por tí, Sara. Es genial que hayas encontrado a la persona con la que compartir el resto de tu vida y que después de todo, apareciese tan de repente. Y es que al fin y al cabo, las personas más importantes aparecen cuando menos las esperas...

    Bonita historia, tenía curiosidad por saber cómo os conocisteis :)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Expón tu opinión pero respeta siempre a los demás y no pongas publicidad ni nada dañino =(