viernes, 1 de enero de 2016

Los trágicos regalos

¡Feliz año 2016!

Aunque en realidad a mi se me da bastante mal felicitar. Todo en general. Supongo que será porque todos esos momentos de felicitar "algo", siempre han sido momentos que no he disfrutado, dónde lo he pasado mal o dónde no estaba a gusto en general... y en general, siempre se me ha dado mal felicitar incluso a otras personas algo tan simple como un cumpleaños. Directamente, me cuesta decir algo normal. De hecho se verá bastante a menudo que mis felicitaciones de cumpleaños son algo "toscas" o bordes, normalmente siempre con un "viejo" o algo un poquito grosero. Y ya es que me sale natural, realmente no me gusta ni felicitar pero es lo que toca prácticamente si quieres "quedar bien".

De hecho toda mi vida la parte de los regalos siempre ha sido un poco... "nefasta". Para empezar, no sé como reaccionar cuando alguien me hace un regalo. De hecho casi diría que mis gestos son totalmente de indiferencia o de "me da igual", porque, aunque en el fondo si que quería algún regalo (es muy triste ser la marginada en algunos días de regalos...), en realidad nunca me espero nada. Que si, que la intención es lo que cuenta. Cuando solo dos veces en toda tu vida te han regalado algo que te hacía ilusión, pues probablemente pierdas las ganas ya casi de recibirlos.

Explico, sin contar las compras espontáneas que le salían a mis padres con los videojuegos de la GBA en su momento (cosa que siempre agradezco, y mucho), y de cuando era muy pequeña un muñeco de nenuco que movía el brazo y le giraba así la cabeza, el resto de ocasiones... en fin, que los regalos no eran nunca santo de mi devoción, porque en algunos casos, yo los notaba de mala gana. Ya sin contar que a veces no he sentido que me aprecían, me entienden y me quiere de verdad mi familia, si no que, en algunos momentos que supuestamente tienen que ser especiales, era como si se me mandase a una esquina e importase más bien poco.

Por ejemplo, en los cumpleaños. Antes de conocer a mi marido odiaba los cumpleaños (ahora los odio menos porque puedo pasarlos con él, al menos el mío, jaja, el resto de cumpleaños aún me siento incómoda en ellos, y no, al final no soy muy de tartas). Yo cumplo en abril, y una de mis tías, también. Celebrábamos el cumpleaños un día del fin semana, pero LOS DOS, debido a que esta tía mía siempre me ha parecido la favorita (y es que prácticamente casi lo es), se celebraba más prácticamente el suyo, que el mio, e incluso desde que yo era muy pequeña. Encima yo como lo pasaba tan mal en todas mis épocas infantiles (colegio e instituto) y no sentía ninguna clase de apoyo por parte de la familia, que en un día dónde supuestamente podía ser feliz, un cumpleaños, era como cualquier otro día normal y corriente, y que los únicos regalos que me daban era a lo mejor un billete de 5€ y comer la tarta (billete que jamás disfrutaba... porque tengo un padre que me mangaba el dinero que yo ahorraba en mi propia hucha...), así que era muy triste...

Además, los cumpleaños cuando estaba en mi época del colegio eran más o menos los momentos más "pacíficos" que tenía para disfrutar de compañía de """amigos""" (nótense las comillas múltiples...) y no sentirme sola, aunque tuviese que comprar un regalo a disgusto y a sabiendas que en mis cumpleaños, los míos iban a ser siempre peores. Para entendernos, cuando me enviaban felicitaciones de cumpleaños de algunos compañeros (normalmente chicas) del colegio, yo aprovechaba simplemente para poder jugar con alguien. Ya era raro a veces poder jugar con algunos del colegio en las plazas y parques por las tardes sin que se metieran conmigo, aunque en las fiestas de cumpleaños había veces que tras dar los regalos y comerse la merienda, se hacían grupitos y adiós muy buenas. Yo intentaba jugar con todos y juntarlos, y solo ocurría en muy pocas ocasiones, pero a mi claro siempre me tocaba o estar sola, o ir con el grupito pequeño de los semi-marginados. En fin... y eso cuando era invitada, claro.

Cuando yo hacía los cumpleaños, que en realidad los hice pocas veces, no todos acudían a la fiesta, y los que acudían sabía que en el fondo solo acudían a mi fiesta a por comida gratis y tener una excusa para jugar en el parque o en el polideportivo. De hecho, creo que solo celebré, así con invitaciones a muchos compañeros, dos cumpleaños. Uno entre segundo o tercero de primaria (cuando la cosa aún estaba más o menos tranquila...) y la otra en sexto, cuando ya me iba a mudar. Y bueno, porqué no, aunque hayan sido menos veces y haya tenido una infancia de mierda, al menos me llevo uno de los pocos recuerdos agradables, aunque a la mayoría yo le importe una mierda y tal (aún tengo por ahí las fotos). Me trajeron bastantes regalitos, y hubo una de las chicas que me regaló su baraja de cartas de Hamtaro, sabiendo la ilusión que me hacía. Lástima que perdí prácticamente el contacto con las personas que de verdad podrían haber sido amigas. En fin...

En definitiva, odio los cumpleaños. De hecho nunca sabía que comprar en los cumpleaños y prácticamente los compraba mi madre. Siempre los ha comprado mi madre por mi. Yo no estaba por la labor de bajar a la tienda (estar llorando en casa, no querer salir del cuarto por dibujar, etc, diversos motivos deprimentes que hacía que se me quitaran las ganas de todo, claro) ni de nada, aunque siempre iba para eso, no sentirme tan sola. Vamos, que realmente odio los cumpleaños y felicitar cualquier cosa a las demás personas. A mi casi nunca me han felicitado "de corazón" o lo ha hecho gente incluso que no la trago y es como si no me hubiesen felicitado (o que me da igual, si viene de personas que me importan poco o no soporto, es como si no hiciésemos nada). En los cumpleaños actuales de mi familia, yo no sé que comprarles nunca y se me da fatal felicitar (ah, y hasta me da cosa dar las gracias cuando me felicitan, a veces prefiero que nadie me felicite, pase a los regalos y ya está, y los abrazos, ¡por dios no quiero abrazos! ya lo explicaré en otro momento). Directamente si puedo, lo evito. No me sale natural y hasta me siento incómoda y cohibida.

Luego está la parte de la "injusticia familiar". Desde que yo tengo memoria, todos los años en casa de mis abuelos, los regalos no se daban en navidades, si no en año nuevo. Hacíamos el amigo invisible, y así nos hacíamos regalos entre nosotras no demasiado caros, pero si algunas cosas que nos hicieran ilusión, o mínimamente nos gustase o necesitábamos. Bueno, ¿qué es eso de injusticia familiar?

Pongo varios ejemplos... primero decir que los "juguetes" que yo pedía de pequeña, ¡yo no pedía más de uno o dos! El único que me llegaron a comprar fue el Furby y porque mi tía la más joven le compraron también a ella uno. Si no, ¡¡a lo mejor nunca hubiese tenido uno!! De pequeña yo nunca he sido de pedir mucho, a pesar de que tenía en mente muchas ilusiones y regalos, pero no me gustaba abusar ni saturar a mi familia de peticiones. Durante años pedí dos juguetes: Míster Potato y una máquina de hacer pegatinas. Nunca me los compraron. NUNCA. Del primero aún lo entiendo porque se agotaban siempre. ¿Pero el segundo?

Un año cualquiera, por ejemplo, de nuevo con esos juguetes en mente. ¿Lo único que recibí en ese amigo invisible? Un trozo de carbón dulce y ropa. ¡Olé! O algo para dibujar cuando ya tenía demasiado en casa para dibujar. Leches... Vamos, lo primero que pillas para una niña de 10/12 años en la tienda de los chinos y chucherías varías, cuando yo no era de comer chucherías, ni gominolas, ni golosinas, ni nada. Y nada, luego a conformarme con el postre y la fiesta (vale, disfrutaba y me reía en la fiesta y jugando a los juegos de mesa, pero, ¿no era un poco triste?). Así durante años.

Con el tiempo, dejé de esperar NADA ni en los cumpleaños ni en los amigos invisibles, ¿para qué, si prácticamente nunca me han regalado nada que me hacía ilusión? A lo sumo cada año en cumpleaños si tenía suerte me llevaba dinerillo (aunque poco) y ropa, y en las navidades/amigoinvisible/findeaño igual y dos o tres regalillos cutres de los chinos (¡¡sobre todo ropa de mier**!!), y muuuuy de vez en cuando, si los astros -y otras coincidencias- coinciden, lo que quería (como lo del Furby, Y YA). Que si, que lo material no da la felicidad. No es del todo cierto. Hubiese podido disfrutar mucho de mi infancia con unas pocas alegrías sabiendo como lo tenía todo de negro en aquel momento. Yo, que soy la más débil con diferencia anímicamente de la familia y que nunca me han apoyado.

No acaba ahí la cosa. En fin, hace unos cuantos años, llevando ya unos cuantos desde que crecí sin pedir nada de nada, solo pedí una cosa después de tanto tiempo sin pedir: al menos un solo manga de Bobobo. Que por aquel entonces no costaría más de 8€. Pues nada, que no, que no lo recibí. ¡Ja! Que solo tienes que pedirlo online, ir con el coche a comprarlo o pedir que otra persona te lo compre. Pero no, que va. A mi que me den. Que no, que no, que no acaba ahí la cosa.

Antes he mencionado que cumplo años casi el mismo día que la "favorita" de la familia. Muy bien. Cuando tuvo su primera hija, llegaba su cumpleaños: ¡más de 5 regalos el mismo día! Cuando llegaba año nuevo, ¡¡¡más de 10!!! Y algunos jueguetes superaban los 50-60 eurazos. La mitad de esos juegos eran de otros familiares lejanos y los guardaban también para ese día, pero... ¿acaso no es injusto? ¿Dónde estaba mi familia para darme alguna alegría esos días? Ni la de mi madre ni la de mi padre, es decir, ninguna parte de ambas familias. ¿¿¡Dónde estaban mis regalos!?? ¿¡No tenía derecho, como niña, a tener ilusión y disfrutar de regalos!? Ah y si, siempre eran los juguetes que justo ella quería.

Tuvo la segunda hija, más de lo mismo. Muchas veces la excusa que me ponían a mi es que no tenían tanto dinero para comprarme lo que pedía (¿¿¿un míster potato y un manga??? ¡que entre los dos no deben de costar más de 60€, encima que uno dejé de pedirlo al crecer y el otro que solo lo pedí después de años sin pedir nada de nada!), pero bien que las dos niñitas, que se nota que son las nietas favoritas, las niñas favoritas de la familia, se llevan un montón de regalos, pero eh, DE LOS CAROS. Calidad a unas antes que a otras, y en cantidad ni hablemos. ¿Envidia? Pues si, lo reconozco en el sentido de que es MUY INJUSTO que durante toda mi pu*a vida jamás han hecho nada para regalarme algo que me hiciera ilusión, me han tratado como MIERDA que no se merecía ni un regalo, y éstas ya lo tienen todo lo que quieren todos los pu*os años (luego no entraré en el trapo de que están un poco malcriadas, pero bueno, es otro tema, que también), y se comportan peor que yo.

En lo último en lo que yo me portaba mal es que no quería comer las lentejas, las judías, los cocidos, los hervidos, etc, que hacían para comer o cenar, pero en todo lo demás era obediente. ¡Y todos los putos años carbón y regalos de mierda! Nadie de mi familia se interesó por mi, ni porqué iba a veces triste o sin ganas de comer, porque ni intentaba probar lo que habían cocinado, nada de nada, nunca, NUNCA se interesaron en ayudarme. Es muy fácil decir que fuese yo la que diese el primer paso, pero no es tan facilísimo como parece (para otras personas puede). Pero eh, estas niñas se portan mucho peor que yo, son unos bichos (sobre todo cuando eran más pequeñas), no son nada obedientes, y se llevan un montón de regalos, ¡y encima tres años seguidos sin carbón, y llenas de chuches!!

¿¡PERO QUÉ COJ...!?

En fin, regalos, ese gran enemigo mío por caprichos del destino desagradables y tristes. Nunca me pidáis que os haga un regalo, porque no sabré hacerlo, y directamente ni quiero hacerlo. Además, en mi mente está, la extraña idea de que, si no hago el regalo que la otra persona desea con todas sus fuerzas, me da vergüenza hacer regalos, encima si sobre todo están fuera de mi alcance. Me parece tan triste... si, la intención es lo que cuenta. Supongo que a veces más que regalos materiales lo que he echado en falta es que alguien me apoyase, estuviese a mi lado e intentase que esos días, fuesen los más felices de mi vida con diferencia, pero es que encima nunca han sido así.

En 2014 fue una pequeña excepción y me regalaron algo que POR FIN, pedí: el amiibo de Samus. Porque era barato (estaba dentro del precio del amigo invisible que ronda entre los 10-20€ según el año, aunque este año no han hecho... ¡y las niñas otros tropecientos mil regalos, olé! de la recién nacida del agosto pasado lo entiendo que le hagan algunos regalitos, que salen baratillos, pero las niñas... otros regalos de más de 40-50€ y luego se quejaran de que no hay regalos para hacer amigo invisible... jajaja...) y estaba cerca la tienda para comprarlo, que si no... y porque me puse pesada y hasta borde. Era la única forma de tener una figura barata de Samus/Metroid, pero en realidad, más bien me interesaba poco. Pero oye, para algo que por una maldita vez me compran...

Cuando tenga mi hijo (o mis, o vete a saber cuantos me saldrán...) o mi hija, espero que esos días los pueda hacer muy especiales. Pero no le diré que no tengo dinero para no hacerle regalos y luego hacer regalos caros a otras personas, no... o se lo intentaré explicar y haré que esos días sean los mejores de su vida, o al menos, de cada año que eso suceda. No quiero que tenga una infancia tan triste como la mía también en esos temas y que encima le cueste felicitar a otras personas... aunque a veces me gustaría que me diesen o me devolvieran, esos momentos que a mi nunca me llegaron. Porque los echo en falta. Los necesito. Los necesito vivir y sentir.

Y bueno, comienzo el año 2016 con una entrada probablemente triste, pero desahogarse siempre sienta bien. No es que tenga una familia horrorosa, pero no he sentido que han estado a mi lado en absoluto. Dentro de lo que cabe me llevo bien con ellos (especialmente la familia por parte de madre), peeeero... si no tienes el apoyo de nadie de tu familia, o no lo sientes de verdad, ¿qué te queda?

2 comentarios:

  1. Feliz año, Sara, de verdad espero que este 2016 sea un buen año para ti, y te lo digo de verdad. Siempre te leo, aunque muchas veces no comento porque no entiendo del tema (ciertos videojuegos o X) o porque no sé realmente qué comentar o cómo hacerlo, o si me estoy metiendo en algo que no debo o no entiendo realmente, como en entradas más personales de este estilo.

    En esta ocasión, solo decir que la Navidad es una época que siempre me ha gustado mucho y que creo que, especialmente los niños (pero cualquier persona en realidad), tendría que vivir con ilusión, más allá de tener regalos o no. A mí me gusta mucho dar detalles a la gente, a veces comprados (si puedo), y sino, hechos por mí. Creo que lo bonito es ver que otras personas han pensado en ti y han tenido en cuenta lo que te gusta para detallarte con algo.

    Y es una pena que tú no lo hayas vivido así... Entiendo tu forma de pensar, el decir que no sabes cómo felicitar o que parece que no te importa cuando alguien te hace algún regalo, si es que tampoco has tenido tanta oportunidad de ello.

    No sé muy bien qué decir, tampoco quiero meterme donde no me llaman, pero siempre me ha gustado leerte o charlar contigo, y bueno, quería eso, desearte un buen año y que podamos seguir leyéndonos :)

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Bueno, al menos sé que alguien me lee (?) xDD Comprendo que haya veces que no quieras escribir nada por si acaso, aunque bueno, si se escribe todo con pies de plomo no creo que entienda algo distinto o malo cuando escribas... xD Respecto a las navidades, ya he leído lo que has puesto en AW, y la verdad que un poquito de envidia me das x3

      ¡Feliz año! ¡Y feliz reyes!

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