jueves, 2 de octubre de 2014

Anuncios ahostiablemente malditos #1

Leyendo una entrada en la Xanocueva me han hecho ver dos tipos de anuncios cuyos protagonistas son niños que me han dado dolor de cabeza alguna que otra vez. Uno no lo había visto nunca, el otro pensé que lo había olvidado y ahí están... Y si, me han dado una idea para hacer una serie de entradas de anuncios ahostiables, aunque puede que algún día haga la contraparte, que hay algunos que siempre me han parecido graciosos.

Haribo, famoso por sus ositos de gominola de colorines. 

Vale, este nunca lo habia visto, en 2013 apenas he encendido la televisión salvo para varias cosas contadas. No sabía que existía este anuncio. En muchos anuncios -y hasta no anuncios en tv- españolas los niños sobreactúan muchísimo y me dan bastante vergüenza ajena, pero este se lleva la palma justo al final. Al principio la niña no le presto atención, normalilla su tono. Se lleva la palma el final. Que falso... cursi... ridículo... y hasta humillante. Sin más.

El de los chiquilines. 

Sí, me viene un hijo que va de vacilón que en vez de comprar lo que le he dicho se compra lo primero que le entra por los ojos y que casualmente tiene esos ingredientes y esa noche no cena y está castigado dos días sin salir a la calle y sin consola ni ordenador. Y le mando de nuevo a comprar. Seguro que cualquier madre le ríe las gracias y el vacilar de sus hijos, manda huevos. Como decían en la Xanocueva, a alguna le gustaría haberle dado un bofetón a tiempo. Ese niño me pone de los nervios. Le digo de comprar el jarabe para la tos y me trae tropecientas mil golosinas de regaliz por la misma intensidad del jarabe y hago que se las coma en las lentejas o en la comida que odie. Y le obligo a comérsela. *No encontraba un ejemplo mejor.

Y el peor de todos, a parte de que el anterior si lo conocía y es común hoy en día (¡si hasta tiene parodias en Youtube, manda la osa!), el siguiente pensé que ya lo había olvidado para siempre, pero las infernales mentes de dónde me han recordado el vídeo han hecho que lo recordase tal cual:


Quinientas pil y pico reproducción y casualmente gana el No Me Gusta, aunque por poco frente al me gusta... ¿a quién le gusta esto? Me dió mucha vergüenza cuando lo vi que hasta me apetecía llorar. Como hacéis eso con un bebé, me da igual que sea por ordenador, me da igual que sea un anuncio, esto creo que es pasarse, no le veo la gracia en ningún sitio. Es... feo.

Luego está: éste otro. Youtube no me lo encuentra (y que Blogger no me deje subirlo por dirección de url me pone enferma), así que tengo que hacerlo así. Currao, currao, dice... las zapatillas aquí se quedan dice con ese tono de vacilón... ufff, que mala me puse el día que ví ese anuncio, el tono de voz de este chaval me provocaba úlceras.  ¡No le soporto!

Luego y por último, había un anuncio de pañales que no recuerdo si era de Dodot o qué, que iban como trajeados y parecían científicos todos los bebés y demás... ¡¡para mi era infumable y horrible!! ¿En serio parece gracioso o entrañable...? A mi me da repelús. 

Voy a dormir, a ver si cuando me despierte desaparece este último anuncio de mi mente durante yo que sé, cuatro o cinco años más...
¡Hasta la siguiente entrada de anuncios abofeteables! Siempre a gustos los colores, claro.

2 comentarios:

  1. Así que plagiándonos contenido eh... ¡Muy mal, muy mal!
    Nah, estás en tu derecho de maldecir esa bazofia.

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    Respuestas
    1. La culpa es vuestra y solo vuestra, que me recordáis estas bazofias...
      Jaja.

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