*He puesto imágenes "randoms" sacadas de la red para decorar la entrada, que es un poco larga.
Anoche soñé con mis años mozos y como alquilaba videojuegos y me acordé… casi en exceso de ellos. Era una bonita época porque podías conocer videojuegos increíbles y comprarlos si te gustaban… y además era la época de la Game Boy Advance :P
La tienda a la que iba a alquilar videojuegos (habían de GBA y PS2 sobre todo, jamás vi de Game Cube, o no al menos que lo recuerde, y unos cuantos de Game Boy) SIEMPRE estaba a rebosar. Apenas podías moverte por ella. Todo el mundo, especialmente niños y adolescentes, querían ir a alquilar videojuegos. Siempre coincidía cuando iba que casi todo el mundo quería alquilar también juegos de GBA, así que siempre habían unos cuantos que me quedé con las ganas de probar (y nunca probé).
La sensación de entrar en aquel “videoclub” de videojuegos siempre era de asombro, ilusión y sorpresa: muchísimas estanterías repletas de videojuegos, no sabías por dónde empezar y mucho menos por dónde terminar. Había que pensarse bien en cada vuelta cual querías… ¡antes de que otro lo alquilase y no pudieses probarlo tú! Me los solían alquilar durante dos o cuatro días, y si podían, hasta una semana entera.
Mis padres no podían comprarme muchos videojuegos de GBA (
Una lástima que, aunque deberíamos disfrutar más ahora de los videojuegos porque podemos tenerlos con más facilidad, en realidad los “valoramos menos”, porque podemos tener tantos al mismo tiempo, que los que pasan por “nuestras manos” (por si lo compramos digitales en comillas) no nos paramos en cada rincón del juego a asombrarnos con lo que nos ofrece, y en su lugar queremos pasarlo cuanto antes y continuar al siguiente porque… “se me acumulan”… Y así, no se valora tanto un juego. Así no se explota tanto un juego.
Entre los que alquilaba por ejemplo estaba Mario Party Advance, juego del que me enamoré, o Zelda Minish Cap (creo que es el único Zelda que me gusta a día de hoy, a falta de probar el Breath of the Wild, claro). Además, GBA tenía unos sprites tan geniales, vivos y bonitos que me enamoraba prácticamente de casi cualquier juego al instante. Recuerdo aquella época en la que me desvivía por jugar juegos en 3D y cuando los probé… en seguida quise volver a GBA. Los sprites tienen una magia especial que no tienen los “entornos realistas” o en 3D.
Caso curioso fue con los Golden Sun. Primero alquilé la primera entrega, y cotilleé la partida que estaba guardada. Al no tener ni pajolera, me mataron de inmediato y perdía el hilo de todo. Empecé una partida nueva y me enamoré del juego (también porque su sistema que en aquel entonces no sabía que era “RPG”, me encantó como idea de transformar el cómic en videojuego… si, gracias a los Golden Sun): las psinergías, buscar los Djinns, los puzles de/y los escenarios… me enamoré.
Después alquilé la segunda entrega (aunque no me pasé la primera ni por asomo), y también me quedé maravillada con todo lo que veía. Lamentablemente, apenas recuerdo mucho de aquellos juegos, pero si sé que me dejaron enamorada, y especialmente, me ayudaron a conocer los RPG, al menos, los de corte japonés que se terminó convirtiendo en uno de mis géneros favoritos (sobre todo los de combates por turnos).
Ya sé que actualmente se podría jugar en emulador. Pero NO es lo mismo. De hecho para mi es hasta incómodo y cutre. La definición del juego en pantalla de ordenador (sobre todo si usas una pantalla de 43 pulgadas como yo y a 6 metros de ella…) es un poco HORRIBLE, junto al control (yo uso mando de la XBOX, y el Joystick y la cruceta no podrían ser más horribles), perdiendo gran parte de su encanto de GBA, y joder, la gracia era que se podía jugar en cualquier parte y como quisieras.
Actualmente apenas recuerdo mucho de las historias de ambos juegos, y me ilusioné mucho con el juego de DS (aunque fue una decepción mayúscula).
Otro caso interesante fue con Pokémon, en concreto, Zafiro. Mis padres en aquella época no querían que tuviese o viese nada de Pokémon (
Mi padre me preguntó “qué juego era”, evitando que lo viese. Yo dije que era un Tetris (cuando ya tenía el original de Game Boy en casa). Mira, yo soy una persona que nunca miente y no me gusta mentir (mentirijillas para bromas o sorpresas es más normal, claro)-y en lugar de mentir prefiero cerrar la boca o dejar de escribir y adiós-, y de pequeña tampoco lo hacía, pero como pasaba la mala racha de los abusos y quería jugar a algo que me gustase y evadirme, pues… supongo que fue “instintivo”.
Lo primero que hice al llegar a casa fue coger mi GBA Digivice y encerrarme en el baño. Me maravillé con ese universo nuevo, con todos esos Pokémon nuevos (AHÍ está la gracia, los Pokémon nuevos y no conocerlos desde el principio), y estuve encerrada unas 4 horas en el baño jugando (recuerdo que me elegí a Torchic y tuve un Poochyena, Zigzagoon, Wingull y Whismur en el equipo), deseando que esos momentos no se acabasen nunca.
Pero no recuerdo como, mis padres descubrieron que lo que había alquilado era el Pokémon y acto seguido lo devolvieron a la tienda (no esperaron ni a que terminase el periodo de alquiler… U_U), y estuve bastantes meses sin que me volviesen a alquilar videojuegos (de lo único junto al cómic que me animaba en aquella época y venga, te lo saco de cuajo… en fin). Mi padre me dijo que si desde el principio no le hubiese mentido me hubiera dejado alquilar ese juego. Y conociéndole a día de hoy, estoy segura de que así habría sido. Podría haber disfrutado mucho más de esa edición Zafiro… (y eso que la buena es Esmeralda :P).
Cuando me mudé de ciudad, el chollo de esa tienda de alquiler de videojuegos se acabó (aparte de que allí podía comprarme mangas de Hana Yori Dango y cómics de Mortadelo y Filemón, porque a pesar de encontrar unos pocos de Wataru Yoshizumi, de estos mencionados nunca volví a encontrar en el nuevo lugar…). Había otra tienda de videojuegos en la que empecé a alquilar videojuegos de PS2 (especialmente Dirge of Cerberus, de Final Fantasy VII, aunque no recuerdo ninguno más, aunque por ejemplo creo que otro fue el FFXII y me enamoré de este, creo), aunque pocos ya que el catálogo no me llamaba mucho, al menos lo que estaba allí (
De hecho, a diferencia de la tienda de mi anterior pueblo (ya hasta dudo de llamarlo pueblo o ciudad…), está casi siempre estaba vacía. Además de que tenía menos variedad, casi siempre estaba vacía y los juegos que más me interesaban siempre estaban alquilados. La tienda la llevaba una mujer con dos hijas y seré mal pensada, pero que casualidad que justo un juego de Hamtaro de GBA SIEMPRE estaba alquilado (dudo mucho que alguien que te alquila un juego se quede con eso, un Pokémon si, pero un Hamtaro ni de coña), y siempre pensé que eran sus hijas las que se quedaron con el juego y si algún día se cansaban pues lo volvería a sacar a la tienda.
En fin, ya sé que tengo todos los de GBA, pero a ver, me compré el Cable Game Boy Link de GBA adrede para intercambiar tarjetas en el Ham-Ham Games y conseguir así los trajes que me faltaban, y nunca pude alquilar o comprar uno nuevo. Frustrante como poco (también es que podrían no haber bloqueado el contenido así, a ver cuando aprenden de una vez a no contar el resto del mundo como si fuese Japón que allí en cada esquina tienes a gente con quién intercambiar cosas en videojuegos o hacer StreetPass…).
En fin, en aquella época ya empezó a salir la DS pero tengo más malos recuerdos que buenos en el alquiler. A parte de que la tienda tenía menos variedad y “menos ambiente”, iba menos a alquilar. Esto fue de hecho antes de pasarme a la M3 (la tarjeta mágica que me ayudó del apuro).
En la revista Nintendo Acción ponían por las nubes al Drawn To Life, y lo vi en esta tienda para alquilar, así que aproveché y lo alquilé y… buff, me lo iba a pedir para Navidad y menos mal que lo alquilé para probarlo, porque me pareció un mojón (todos los malditos juegos deberían tener demo, cohone).
Luego ya si, me pasé a la tarjeta pirata y se acabó el mendigarle que me comprasen videojuegos a mis padres. Si, suena feo piratear, pero a mi como mucho solo me podían comprar un juego al año (tuve suerte de tener el Metroid Prime Hunters y el Wild World, y mejor aún, tuve suerte de que me comprasen la DS –que vino con el Nintendogs-), así que me ayudó muchísimo respecto a lo que conseguir videojuegos y evadirme de “mis males” se refiere.
Descubrí juegos como Tactics Advance 2, Cooking Mama, Super Mario 64 DS, pude jugar por fin a Pokémon como se merecía… no os podéis imaginar lo que me ayudó una maldita tarjeta. Yo los prefería tener en físico, quería comprármelos, quería tener su cajita con su manual de instrucciones en alguna estantería y observarlos “con orgullo” e ilusión, pero no podía. Solo me quedaba el alquiler o la tarjeta mágica. Ojalá hubiese podido aprender a piratearla para meter juegos también de GBA…
La primera vez que compré la tarjeta tuvo un fallo y me tuvieron que borrar todos los archivos y partidas. A la segunda, que es la que tengo a día de hoy, conseguí bastantes juegos, incluso algunos descatalogados o que nunca salieron de Japón (¡hola, Jump Ultimate Stars!), pero se “me pasó el arroz” y no descargué juegos que hoy en día de DS me son imposibles de conseguir, como los Castlevania (de segunda mano están caros de narices, por favor…). Más que nada también porque la tarjeta está hecha una mierda y como la saque de la DS ya no la lee nunca más (y porque ya no recibe soporte, no hay actualizaciones nuevas… etc).
Buff, esto al final se ha desviado un poco, pero ha sido como una evolución más. Por mi hubiese seguido alquilando juegos en físico (me gusta tocar lo que compro o consigo), sobre todo si tenía opción de comprarlo después. Porque por ejemplo el Tactics Advance 2 me lo compré años más tarde en original físico, incluidos los distintos Pokémon de DS en adelante. Es curioso como cuando eres ya “mayor” y tienes más poder adquisitivo para buscar y comprar los juegos que quieres… igualmente no puedes.
Cuando fui a Málaga –como anécdota final-, me llevaron a una tienda con dos o tres estanterías llenas, a rebosar, de juegos de GBA. Lástima no haberme podido comprar ni la mitad de los que quería, pero me tuve que conformar con dos (Heartbreak –que el que tengo está que ni se puede leer- y Amazing Mirror –que perdí el mio hace ya unos cuantos años-). La próxima vez que vaya pienso comprarme muchos. MUCHOS. Desaproveché parte de la oportunidad, pero tampoco es que llevásemos mucho dinero encima para comprar ;_;
Sigo esperando el momento en el que Nintendo decida poner roms (en nuestro idioma, POR FAVOR) de GBA en una consola PORTÁTIL, no el amago tonto de añadir catálogo a Wii U (que horror se ven encima los juegos, de verdad) cuando debería haber salido en 3DS (y los de SNES en New 3DS y encima pocos –pocas roms en ambos casos-, el mundo al revés). Soy la primera que pagaría encantada muchos juegos de GBA y tenerlos por fin (repito, si están en español, que creo que Golden Sun de Wii U no lo esta y eso que nosotros lo tuvimos en castellano… en fin…).
Buenos tiempos sobre el alquiler de videojuegos. Hoy en día fíjate, me parece menos “ilusionante” que haya alquiler de videojuegos, la mayoría son en digital o hay demos (o no hay directamente y no puedes probarlo…), y no me producen la misma sensación de antes de querer alquilar un juego para probarlo o luego decidir comprarlo. En ambos casos, sobre todo en físico, si alquilo luego lo devuelvo… y si lo compro, luego lo vendo de segunda mano (en esto recupero mi inversión, por eso no aceptaré tanto lo digital, todavía no). No es lo mismo que antes. La sensación es diferente y para mí, más amarga.
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