Al final, gracias a una maravillosa tarjeta mágica y una decente semi-traducción hecha por fans, conseguí hacerme con Jump Ultimate Stars (o JUS a partir de ahora) y debo decir que: ojalá hubiese llegado cuando tocaba, ¡y no esa versión de PS4 que me parece chapucera! (Don Patch es un misero ayudante hortera, ¡un misero ayudante!).
Para ser un juego de lucha, JUS tenía un curioso modo historia y una curiosa jugabilidad para ampliar la fuerza de nuestros personajes, desbloquear otros y tener ayudantes.
Como de buen origen manga, para conseguir luchar con nuestros personajes teníamos que hacer una especie de “deck manga“, un conjunto de viñetas de manga que conformaba los ayudantes, los personajes y ciertas capacidades pasivas de ayuda (como más salud o un salto adicional, entre otros), y se nos obligaba a tener como mínimo uno de cada al hacer uno de estos ‘decks’.
Habían viñetas de uno (que eran los “pasivos”), de dos y de tres (los ayudantes), además de cuatro hacía arriba (que eran las viñetas que permitían tener personajes controlables). Para mi el principal (y casi único) punto negativo es que no todas las sagas tenían personajes controlables o tenían muy pocos de ellos, además del desbalanceo entre unos personajes y otros, teniendo en cuenta que una viñeta de cuatro espacios era el más flojo, el de ocho era el más fuerte y no todos los personajes lo tenían. Vamos, que unos estaban demasiado mimados que otros.
Puedo entender que ciertos mangas, como Ichigo 100% o I’s no tuviesen personajes controlables (que aún así yo creo que se podrían haber sacado algo de la manga teniendo en cuenta como son como ayudantes), pero otros como Eyeshield 21 o Space Adventure Cobra, para mi no tenía mucho sentido que solo tuviesen ayudantes.
Los personajes se controlaban de forma muy sencilla y tenían diversas clases de ataques: los normales, los más fuertes, ataques en el aire, ataques de defensa (pulsando abajo (que era como una especie de bloqueo) y el botón de ataque normal o ataque fuerte permitía dos opciones: cambiar el personaje del rival si acertabas y tenía otro o bien romper su propia defensa respectivamente) y los dos ataques especiales, dependiendo de como se pulsase ese botón hacía un ataque más fuerte de lo normal dónde necesitabas el poder ‘JP’. Cuanto más cantidad tuvieses más veces podrías utilizar este ataque especial.
Habían personajes realmente rotos aunque lentos o que suponían un sacrificio extra, por ejemplo Vegeta, que tenía un especial que le hacía explotar y se quedaba prácticamente a 1 de vida, pero metía muchísimo daño. El juego se basaba en puntos de salud y un personaje caía derrotado cuando su salud se reducía a cero, aunque si tenía un segundo (o tercero) en el ‘deck’, si se intercambiaban entre ellos podían ir recuperando salud de forma pasiva. Los escenarios eran muy variados, ambientados en cada universo de cada franquicia (o casi todas) y en algunos propios, con versiones con trampas o escenarios planos muy divertidos y distintos entre sí. Además, también habían diversos objetos que utilizar a tu disposición.
Lo mejor de todo es que tenía, además del modo campaña que cada vez escalaba más de dificultad, un modo “versus ia” que te permitía jugar contra la IA (e incluso de forma local también tenía modos multijugador, a parte del online), con varios torneos y dónde podías personalizarte tus propias partidas y entretenerte con horas y horas.
Lo más tostón tal vez sea desbloquear nuevos personajes, porque hay algunos que se desbloquean con misiones bastante imposibles y algunos desbloqueando primero sus mundos, y algunos estaban tan escondidos que era complicado conseguirlos todos en una primera vuelta del juego.
Para conseguir nuevos personajes, aumentarlos e incluso nuevos mundos o canciones e historia de los mangas, tenías que “evolucionar” a los personajes usando las gemas que encontrabas en las misiones o en los combates. Además también, al pasarte la primera vez la historia, estaba el modo ‘Quiz‘, que te permitía ponerte a prueba respecto a lo que conoces y sabes de la mayoría de franquicias que salen en el juego… aunque en mi caso al estar semi-traducido no conseguía mucho en este modo, pero te daban jugosas recompensas en gemas. De haber estado totalmente traducido, yo hubiese disfrutado mucho con este modo.
En general, el juego en sí era tremendamente adictivo y divertido. Los escenarios y los personajes estaban totalmente adaptados a los originales, y realmente cualquiera de los personajes era viable incluso si era de “nivel inferior”. Actualmente hay versiones totalmente traducidas en castellano por fans, que, si no te molesta jugar en emulador, puedes disfrutar, o si tienes una tarjetita mágica decente de Nintendo DS, aún podrías jugar y disfrutar aún más en consola portátil, que era dónde realmente se disfrutaba, eso si, hay que olvidarse del online, pero el juego era tan largo y duradero que no te hacía falta (aunque podías usar los ‘deck’s de los jugadores con los que te enfrentes en forma local u online).
Ojalá nos hubiese llegado este juego desde Japón en Nintendo DS en su momento, ¡hubiese sido apoteósico! O haber sacado una especie de “remake” en 3DS con jugabilidad y estilo similar pero con más añadidos y personajes y otras franquicias (aunque hay que tener en cuenta que solo aparecían las de Shonen Jump), y no la jugabilidad tan… hortera (personalmente) del J Stars Victory que sacaron para consolas de Sony… el 3D no es que le siente muy bien… aunque claro, esto ya es cosa de gustos.
Quiero hacer otras entradas referentes a este juego en poco tiempo (es decir, no tardar mucho) ya que tengo bastantes anécdotas, buenos recuerdos y hasta nuevas ideas (yo soy muy de eso, imaginar...) sobre un juego de este tipo, pero ya...
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