lunes, 2 de mayo de 2016

Mis extraños sextos sentidos

Siempre me he considerado que tengo un don especial, no es por echarme flores y por parecer que estoy falta de modestia, pero siempre he tenido ciertos "sextos sentidos" que siempre han acertado. Cuando digo siempre, es SIEMPRE. No quiero sonar arrogante con lo de "yo siempre tengo razón", que NO siempre la tengo, pero cuando se trata de estos "sextos sentidos", siempre ha terminado todo tal y como yo lo había "previsto".

Es muy difícil explicar las sensaciones y las emociones cuando este "don" hace su acto de presencia, pero es como algo que te inquieta y que se mantiene ahí de forma constante, que te hace decir "ten cuidado" o en ocasiones "lánzate".

El más común y el que más me ha servido es: las personas. Mi don de saber si voy a llevarme bien o mal con una persona nada más verla.

Solo con ver la cara de una persona, puedo sentir si esa persona va a llevarse bien o mal conmigo, o si no es trigo limpio. A lo mejor es la persona más bella del mundo y simpática, pero no quiere decir que nos llevemos mal, simplemente que no vamos a congeniar de ninguna manera (puede que la cosa cambie por ejemplo escribiendo por la red en foros o webs) o que hay una extraña sensación en mi que me dice que no me fie de ciertas personas.

No es por su físico, que me puede ocurrir esto con las personas más guapas del mundo, tanto físicamente como psicológicamente, o al revés, simplemente, nada más ver la cara de una persona, ya sé que me voy a llevar mal o bien. Hay veces que dependiendo de mi sensación con esa otra persona, en seguida me suelto y me animo a hablar con esa persona, o bien me ocurre todo lo contrario y me da uno de mis curiosos ataques de timidez.

Por poner ejemplos, una chica que conocí en el instituto sabía que no me iba a llevar muy bien con ella... bueno, más bien que me "guardase las espaldas". En parte nos llevábamos bastante bien, nos gustaba en aquella época el anime, especialmente nos conocimos por Bobobo, y charlábamos bastante bien a menudo. Y como muchas otras veces he explicado, yo siempre intento cuidar y preocuparme de mis amigos. Bueno, cuando una matona foca empezó a meterse con nosotras, esta "amiga" decidió traicionarme y dejarme totalmente abandonada. Es decir, me quedé sin la única "amiga" que tenía en el instituto, con la que era la única persona con la que podía desconectar de los malos tragos. La chica se fue con otro grupito de amigas que ella conocía, y me dijo como si nada "no, es que ahora me voy con ellas", y en lugar de preguntarme si quería ir con ellas, me ignoró por completo y si yo intentaba acercarme a ellas, se alejaban disimuladamente (aunque de disimuladamente nada...). En el fondo, ya sabía que me traicionaria. Pero me han dado tantas puñaladas en esta vida que me sentó fatal, y claro, no tolero las traiciones. Dejé de hablarle y de verme con ella, y aún decía que no me había hecho nada para que yo estuviese enfadada con ella. En fin...

En el mismo instituto también había un chico (que casualmente conocía al grupo de amigos de mi marido con el que yo le conocí a él) que era bastante majo, no se metía con nadie y era bastante agradable con todo el mundo. Pero yo sabía que no congeniábamos de ninguna clase. Yo lo intentaba, como intento siempre que me entra valor hacerme amiga de cualquiera (si, aunque sea de los matones de mierda como en mis primeros días de instituto...), pero no congeniábamos de ninguna clase. No salían temas para hablar, ninguno de los dos se atrevía a hablar con el otro, etc. Y eso que alguna vez he coincidido con él al quedar con estos amigos, pero parece ser que la cosa estaba más enfocada en él, que parecía ignorarme a cada momento que intentaba yo sacar algún tema de conversación o preguntarle si todo en su vida le iba bien.

Lo que siempre me pasa vaya, intentas preocuparte por los demás, intentas cuidarles, y luego te llevas todas sus malas caras, las traiciones, las puñaladas traperas o que te ignoren. Ha llegado en un punto que me he dado cuenta de que me he vuelto muy egoísta, pero es que o tengo algo para mi o me preocupo por mi, o nadie lo hace.

Bueno, no todo ha sido malo con este "don", claro está, luego está la otra cara de la moneda: la primera amiga que hice de verdad y mi marido.

Cuando repetí primero, una profesora sustituta llegó al instituto y coincidió justamente el día en el que llevé una carpeta con un montón de dibujos míos para enseñárselos a algunas personas. Por casualidad vió aquellos dibujos y solo por la primera vez que ya la vi supe que me iba a llevar bien con ella. De inmediato empezamos a hablar (precisamente de Bobobo, que a ella también le encantaba), y durante gran parte de todo ese curso tenía un merecido descanso de las pesadillas habituales en el recreo cuando ella estaba disponible para quedar juntas (si, con una profesora... aunque si es cierto que en ocasiones me he llevado mejor con personas bastante más adultas que con gente de mi edad), y hablar de anime, películas y en ocasiones de videojuegos. Con el tiempo nos fuimos haciendo amigas, y aunque en seguida se tuvo que ir a su ciudad natal, nos mantuvimos bastante tiempo en contacto, chateando, escribiéndonos cartas, mandándonos a veces sms, etc. A pesar de saber que nada más verla nos llevaríamos bien con todo el mundo voy con pies de plomo, pero esta chica no me decepcionó ni me traicionó en absoluto. Mi sexto sentido acertó de pleno.

He estado un tiempo sin escribirle, porque creo que me han perdido una carta que le envié, e intenté enviarle algunos e-mails para ver si estaba todo bien pero no me ha vuelto a contestar. Tendré que coger un día y escribirle una carta contándole todo lo que ha pasado, espero que esté bien. 

En mi etapa de colegio había una chica con un temperamento más fuerte que el mio (a parte de los que estaban en la iglesia que por culpa de terceras personas se separaron de mi, y si, la sensación al verles las caras, a pesar de intentar llevarme bien con ellos, es que algún día me harían una pu*ada... y siempre acerté) y más valor, que a veces también se metían con ella, pero me llevaba genial con la chica. Podría haber sido una gran amiga mía pero claro, sus padres se separaron y ella tuvo que mudarse bastante lejos. Algunos años más tarde regresó a dicho pueblo, y me llamó a mi para que quedaramos y habláramos de las cosas que fuimos haciendo. Por desgracia ya no pudimos quedar nunca más, pero siempre supe que nos llevaríamos bien (también la forma en la que nos conocimos siempre me ha hecho gracia).

Llegando a mi marido, primero empezaré con este grupito de amigos. En un principio yo no quería saber nada de ellos, quería seguir encerrada en mi habitación de casa con miedo al exterior, pero una chica había insistido mucho a mi madre de que me llevase algún día. Uno de esos días cedí, solo porque quería tomar un poco de aire fresco (¡por primera vez en unos cuantos años!), y bueno, esa chica me calló realmente bien. Se preocupaba mucho por sus amigos, en ese sentido era como yo y lo que expliqué antes, y sin embargo claro, era distinta a mi: tenía autoestima, confianza en si misma y era muy extrovertida. Se puede decir que ella era la que me cogía del brazo conociendo lo tímida que era y me llevaba a todas partes como si fuese mi protectora o algo así, me sacó las primeras veces de mi "jaula" en casa.

Con el tiempo, sus padres se enfadaron con algunas personas de esa iglesia (lo de siempre, que ellos quieren el poder de la iglesia, blablabla, aunque yo iba más bien para conocer personas que a otra cosa, porque después de tantos años...) y dejé de ver a la chica. El grupete de amigos que estaban aquí, jóvenes de entre 22 a casi 30 años, eran bastante majos todos, aunque habían algunas cosas de algunos que no me terminaban de cuajar. Mi sexto sentido me decía que podía fiarme de ellos, pero que tampoco lo hiciese demasiado.

Bueno, volviendo al tema, una de las noches que estaba con ellos me llevaron a una cena india, y allí, uno de ellos se trajo a su hermano (mi marido ahora), y nada más verle era como si me hubiese dado un flechazo. Como si "esa será la persona para ti", es muy extraño de explicar. Sin embargo yo no intenté nada con él, tenía miedo de estos temas, solo quería salir de mi "jaula" y ya me había metido entre ceja y ceja que yo nunca le interesaría a nadie (hubo una vez que expliqué en una entrada como conocí a mi marido... aquí**). Pero sabía que era un buen chico y una buena persona, no sé, mi sensación estaba a flor de piel. **En el momento de escribir aquella entrada no mencioné estos detalles porque siempre me ha dado vergüenza explicar estos "dones especiales" (de hecho solo mi madre lo sabe y se lo conté hace relativamente poco) y que la gente me tachara de loca o que me "baso en el físico y soy superficial", pero nada más lejos de la realidad.

La verdad que esa misma noche pude hablar un poco más con él y me pareció un chico súper simpático, majo y muy agradable y amable... y encima es que para mi era guapísimo, ¿qué más podía pedir? Pero nada, otro amigo más al que ver de vez en cuando con el grupo y ya está. Un día me solté un poco más con él (la sensación aquella de que a veces con algunas personas me suelto más o menos), y nos dimos cuenta de que teníamos mucho más en común de lo que nos creíamos: nos encantaban los videojuegos y una pequeña parte del manganime en aquella época. Pocas semanas después, decidió invitarme a pasar la tarde juntos, explicándole los problemas que yo tenía el grupo en general. No sé que nos pasó esa tarde, pero a partir de ahí yo no pude dejar de pensar en él, y bueno, se puede decir que fue un flechazo directísimo a ambos, porque al mes de esto ya estábamos saliendo y con alitas de ángel para flotar. Y ahora dónde estamos... tenemos nuestros roces, como todas las parejas, pero me sigo sintiendo súper enamorada y unida a él, aunque claro, vuelvo a estar un poco depresiva y él a veces no tiene paciencia o no sabe realmente actuar con alguien como yo. Pero en realidad no me puedo quejar.

Si alguien me pregunta si, diré que nada más ver el rostro de la que iba a ser mi suegra, me "caía como el culo", sabía que no la iba a tragar, pero yo siempre ofreciendo buenos modales e intentando hacerme amiga. Pero con esta persona, no puedo. Acerté de pleno.


Vamos ahora a la segunda cara de la moneda, que es una sensación, sexto sentido o don especial que me ha surgido realmente hace relativamente poco: con los videojuegos. 

Estas sensaciones a la vez son un poco frustrantes... porque tu te esperas realmente que lo que piensas no suceda, pero siempre sucede. Se trata de que algunos videojuegos me dan la sensación de que van a ser muchísimo menos de lo que se dice que van a ser, y van a terminar siendo una decepción o una catástrofe, o similares.

Me ocurrió con Guild Wars 2 (y eso que lo disfruté bastante al principio), después me ocurrió con Evolve, después con Destiny, después con Star Wars Battlefront, me pasó con otros cuantos más... y siempre he acertado, SIEMPRE. Pero eso si, no es con los videojuegos que yo quiero que fracasen, me sale automáticamente solo. Hay alguno con el que he tenido muchas ganas de ver pero tenía las mismas malas sensaciones... y se vuelve a veces frustrante, pero siempre me ha ayudado a decidir, y acertar de pleno. Actualmente me ocurre con No Man's Sky, no sé si en calidad de fracaso de ventas y de críticas, fracaso de no ser realmente lo que se prometía o bien de fracaso absoluto como juego, solo sé que es una sensación negativa. Espero que esta vez no se cumpla... y que alguna vez me salga una sensación positiva.

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