Si, de nuevo, desahogo total. ¿Que debería olvidarme de ello para siempre? Posiblemente sí, y es muy fácil decirlo, pero MUY difícil hacerlo o conseguirlo. A veces son heridas que te marcan para siempre y es muy difícil dejarlo atrás por el dolor emocional que sufres, casi constantemente. Aunque parezca una persona estar bien, en realidad puede tener un gran dolor acumulado dentro. Mucha gente me dice que no aparento ser una persona que haya pasado eso. Porque evito que me vean débil o llorar, me da mucha vergüenza. Pero en realidad, soy una persona muy débil.
Vaya Lynn... deberíamos crear todas las que hemos sufrido acoso escolar así algún grupo de auto ayuda, porque esto es insufrible. Yo también he sufrido mucho pero sería escribir una biografía completa, ya no solo por el tema de profesores, si no por el tema de alumnado y demás. Pero oye, ojalá a mi me hubiesen aprobado por pena. A mi ni eso. Yo les daba asco.
La primera guardería a la que fuí al parecer las maestras me pegaban (siendo una niña de 2 años, con eso lo digo todo). La segunda todo iba bien (de hecho se llamaba Los Picapiedra, jajaja), y la mayoría de niños que estaban allí pasaron a primaria al mismo colegio que yo. Todo bien hasta finales del primer curso, dónde empezaron a meterse conmigo, y sin saber porqué: patadas, puñetazos, zancadillas, insultos, escupitajos y en ocasiones amenazas y humillaciones en público, desde primero hasta sexto de primaria. Hasta los tres últimos meses de sexto de primaria no se calmaron. Me da rabia, porque en primero de primaria todos nos llevábamos bien, éramos amigos unos de otros, nos gustaban las mismas series (de hecho, no será por gustos raros porque a todos nos gustaban las mismas series: Digimon, Beyblade, Pokémon, etc)... y de repente se volvieron todos unos gilipollas y se metían conmigo. No fallaba, solo conmigo. Hasta sexto, que había una chica igual de tímida e introvertida que yo y más gordita no cambiaron de "objetivo", aunque seguía siendo su principal diana. Yo intentaba ayudarles, ser amiga de ellos como antaño, conocía todos los gustos de cada uno y a veces si me invitaban a algún cumple (los primeros años) les regalaba algo que les gustaba y el dinero de mis padres me lo permitiese o les llevaba bastantes golosinas y demás chucherías... y mirad como me lo agradecían. Hasta la supuesta mejor amiga que tenía era la única con la que de vez en cuando quedaba realmente a jugar y estaba de vez en cuando sola con ella en el colegio... cuando no miraba nadie. A día de hoy puedo ir a su casa a visitarla porque aún me llevo bien con ella y con sus padres y sus hermanas, pero me dolió bastante en su momento.
Luego en quinto de primaria recuerdo que empecé a dibujar y sobre todo las chicas me pedían dibujos. Recuerdo que no quise, pero una vez di un dibujo a una de las chicas e iba diciendo por ahí que era suyo... luego se demostró que no era así ya que no supo dibujarlo, así que zasca, pero me dolió un montón. Desde entonces no le regalo a nadie nada, y aún así a una chica de instituto le regalé un dibujo (que no debería haberlo hecho) a una compañera que me ignoró, para qué, ni unas gracias. En fin...
Luego recuerdo que una vez esa misma niña llevó unos bolígrafos (como estaba en mi época dibujante y escritora a mano me pirraban las libretas y los bolis y rotuladores) que me gustaron mucho. Yo le pregunté dónde los había comprado, y la tía me contestó de forma borde y no me dijo dónde los encontró. Luego los encontré yo en una tienda de 20 duros y me los compré, y cuando los llevé al colegio empezó a insultarme y a decirme que yo le copié, que era una gilipollas, que si no sé qué... cuando fue ella la primera en intentar apropiarse de mis dibujos. Pues ahora te jodes, fideo (estaba delgada como un fideo, si).
El grupo B era más tranquilo, de hecho, a excepción de un niño que era un poco gamberro y una chica con mala leche, todos se llevaban bien con todos. De hecho una vez en gimnasia coincidí con dicho grupo todos juntos y me fuí con las chicas de ese grupo y era como si me aceptasen como una más... se notaba cierta madurez con ellas que con las de mi grupo no veía, eran como una piña, y eran muy agradables. Lástima que mis padres no pudieron meterme al grupo B en su momento (y porque era todo en valenciano...).
Los tres primeros cursos tenía buenas notas. A partir del cuarto empecé a decaer, pero en una cosa normal (5 y 6). Los dos últimos fueron terribles, aunque raramente no repetí quinto. En sexto ahí empecé a entrar en mi espiral de depresión y fobia social, apenas saliendo a la calle, encerrada en casa, llorando todos los días, empezó a salirme acné, totalmente con paranoias sobre el mismo, me veía feísima (autoestima a la mierda), etc, y eso que entré con el chip cambiado al instituto, cambiándome de ciudad y todo. Y la profesora tuvo piedad de mí y me dejó pasar al instituto (supongo que por que le di pena de verdad después de que todos se metiesen conmigo, aunque ya podría haber dicho algo para evitarlo...).
Bueno, el primer curso pensé que como era nueva serían simpáticos conmigo. El primer día me senté sola en el recreo y vinieron un grupo de chicas y un chico a hacerme compañía, pero exceptuando dos chicas muy inteligentes pero que pasaban olímpicamente de mí, eran, o bien marginadas como yo o putones. De hecho había una chica que le gustaba también el manga y el anime que ahora comentaré.
Bueno, yo intentaba hacerme amiga de todos los alumnos: de los que parecían macarras, los marginados, los inteligentes, los silenciosos... a mitad de curso empezaron a meterse los macarras conmigo, sin motivo aparente para darles a ser diana. ¿Simplemente ser buena? En fin. Y no solo mi clase, si no la del grupo B, C y D. Todos los macarras contra mí, sobre todo una tía gorda hi*a de puta que (nunca pongo apelativos a las personas, pero a la fideo y a esta puta gorda SI)... en fin. Insultos, empujones, me llegaron a vendar una vez el brazo, me llegaron a tirar una piedra en la cabeza (me dejó unos minutos hasta aturdida), insultos, insultos, tirarme bolitas de babas en plena clase, gritos, no dejarme pasar al salir o entrar a clase... al final evitaba ir a primera hora de la mañana y siempre me retrasaba adrede, para evitar encontrármelos. Y claro, mis notas fueron cada vez más y más en picado (a parte de ciertos profesores), haciendo que nunca pasase del 4, encima me costaba mucho aprender las cosas nuevas, sobre todo siendo tan complicadas una vez entras al instituto (a otro nivel del colegio, vamos).
Resultado: repitiendo primero. La siguiente clase que me tocó fue muy distinta a la anterior, no habían macarras y eran todos bastante buena gente, lo malo venía la hora de los pasillos y de los recreos, que volvía la misma gentuza de siempre a molestar. Aquí empecé a verme con esa chica que le gustaba el manga y el anime y empezamos a ir juntas al recreo, aunque intenté integrarme con las nuevas compañeras de clase para estar más amenamente en clase con ellas y que me ayudasen a hacer los deberes (no copiármelos, que a veces entre ellas lo hacían), pero es que solo hablaban de maquillaje, tíos y una de ellas era un puro putón xDD Asi que con mi vergüenza, volví como pude con la otra chica y le pedí perdón, así que empezamos a ir juntas otra vez. A medias, porque había veces que estaba en la biblioteca o por casualidad no coincidiamos y me iba con el grupo de mi clase a una zona escondida dónde todos jugaban a la pelota o hacían los deberes. Eran los pocos momentos de paz que encontraba en el recreo, pero en los pasillos era todavía una mierda.
Por obligación evidentemente pasé a segundo, dónde me metieron a una "clase para tontos"... una clase para que los que iban poco a clase (empecé a bajar mucho el ritmo de ir a clase, a parte de toda la mierda y que tenía un casal fallero debajo de mi habitación que estaba todo la noche de fiesta casi todos los malditos días) y con un ritmo menos "elevado". Desgraciadamente también era la tercera planta, dónde estaba 3º y 4º y bachillerato. Y yo creyendo que habría gente más... madura, y errooooor, eran todos igual de hijos de perra que se metían conmigo llamándome fea y de todo menos bonita cada vez que pasaban por mi lado. Alguno me llegó a escupir.
Bueno, aún seguía viéndome con esa chica hasta que la gorda de turno asquerosa, que se ve que se aburría mucho, empezó a molestarme en los recreos e ir, literalmente, a por mi tooooodos los días, a insultarme, empujarme, escupirme y en algunas ocasiones a pegarme puñetazos. Yo lo ignoraba como podía, pero se ve que esa señorita no tuvo el valor de decirme que tenía miedo a semejante gorda matona y me dejó totalmente de lado. Un día salí al recreo, esperando encontrármela en dónde siempre. Me tiré muchos minutos esperándola y para mi sorpresa me la encuentro con un grupito de otras chicas de las que de repente se ha hecho muy amiga y me dice, tal cual "es que ahora voy con ellas"... como excluyéndome de todo. Ni siquiera tuvo la decencia de decirme que fuera con ellas para no estar sola... a lo mejor es que esas amigas no querían a alguien como yo en sus "filas". Pues hale. Me tiré el resto del curso ignorándola por los pasillos y enfadada con ella (¡normal, me abandonó! ¡¡¡me quedé sola el resto del curso, SOLA!!!), hasta por la calle. Y mi padre me ignoraba cuando le decía que no quería saber nada de ella. Luego ella le decía a mi padre que fui yo la que se enfadó con ella sin motivo... habrase visto ¬¬ Yo se lo expliqué a mi padre, pero como siempre, lo que yo digo le entra por un oído y le sale por el otro. Yo soy mierda.
Por si fuera poco, desde entonces me quedaba encerrada sola en la biblioteca, a veces llevándome un usb para escribir mis cosas o llevándome librillos o manuales de instrucciones de juegos de DS para leerlos y pasar el rato. En una de los cursos de primero, una de las puyas que me hizo esa guarra, una de las veces que volvía a clase, me encuentro con esa GORDA ASQUEROSA por el pasillo y se le ocurre la feliz idea de ponerme la zancadilla. Resultado: dos días cojeando para al final decirme que tengo un hermoso esguince. Que ah, les importaba una mierda, al médico, los profesores o mis padres: en vez de estar en reposo en casa me obligaban a ir al insituto cuando no debería ni ir al menos en una semana, para reposar (cuando mi marido se hace un esguince se da de baja, ¿es lo normal, no? reposar), a mi ni eso. Así que tardó más de la cuenta en curarse y no se curó del todo bien. Pues eso. Además, en el primer segundo había un chico de una clase mayor que "me tiraba los tejos", pero solo para burlarse de mí. Cabronazo.
Cuando repetí segundo me tocó una clase con la que estaba muy a gusto, solo eramos cuatro gatos, dos chicas y tres chicos y me llevaba genial con ellos, y con los profes, pero estaba ya bajo mínimos. Por desgracia frente a mi clase estaba el grupo de mi primer primero de la eso que se metía conmigo, y cuando podían echaban bilis por la boca en mi contra. En fin, ahí no aguanté más, no superaba más del 6 en algunas asignaturas, 7 con suerte en otras y no aprobé. Luego me enteré que habían quitado las clases de refuerzo a las que sí o sí me meterían esta vez, por mis huevos, en tercero, así que pasé de continuar. No aguantaba más, mi mente, cuerpo y alma (ains) me dijeron "hasta aquí has llegado", eso y que mi padre no estaba por la labor de pagar un año más la matrícula, así que, que les den.
En el recreo volví a verme (aún con mi enfado por ahí... si, soy de las que no perdonan con facilidad, primero que me pidan perdóna mi cuando me han hecho daño) con la anterior chica, con un grupo junto a ella que eran también muy de frikis. No terminaba de encajar con ellos (a ver, me considero "friki" pero no aguanto mucho a los que son "frikis, frikis" xDD), pero era mejor que estar sola o marginada. Pero aún así... en los pasillos aún erre que erre... estaba muy, muy cansada. No podía más.
Luego recuerdo que estuve a punto de hacer un ciclo formativo de esos pero solo saber que estaba aquella asquerosa gorda en el curso se me quitaron las ganas, ya que en una de las visitas que hice al lugar me miró y me hizo un gesto de asco... pues, que os den, no pienso meterme ahí a sufrir otra vez. NO.
Uno de los pocos buenos recuerdos que tengo son justamente del último curso de segundo, dónde como solo eramos 4, muy majos todos, los profesores una maravilla (salvo la de ed. física y matemáticas)... y en primaria. En sexto se pasaron un día haciéndome llorar en plena clase, me caí de culo varias veces quitándome la silla. De normal NUNCA lloraba en público. Ese día me derrumbé (también se metieron conmigo porque era muy velluda y tenía muchos pelos en las piernas desde cierta edad, así que desde entonces no volví a ponerme pantalones cortos, piratas o faldas (hasta que empecé a salir con mi marido...)), lloraba a mares, nadie podía calmarme, llegué a tener un ataque de ansiedad, y en cuanto vino el recreo salí escopetada yo sola al primer hueco que pillase, me da igual dónde fuese. Uno de los que me hizo llorar, que casualmente había días que era simpático conmigo y con el que después podía hablar tranquilamente de dibujos animados y videojuegos (sobre todo de Hamtaro, ya que los dibujaba todos y mucho), fue en persona, él por su cuenta, y me pidió perdón, perdón sincero, y me dio hasta un abrazo. Tras de él vinieron todas las chicas de la clase a pedirme perdón, pero yo notaba que era un perdón hipócrita. Realmente significó bastante para mi, después de aquello hasta nos llevábamos bastante bien y creo que, si todo hubiese ido de otra forma, hubiese sido uno de mis mejores amigos.
Lo peor es que nadie te ayuda en esos casos. NADIE. Hay algunas heridas, sobre todo las psicológicas y mentales que te amargan el resto de toda tu vida. Son heridas abiertas que nunca cierran y marcan unas pautas que te hacen muy endeble (depresión, baja autoestima, pesimismo, fobia social... etc, aunque yo emo, jamás... algunos pensamientos de "auto daño" o suicidio, pero nada más, y encerramiento total en casa, sin amigos, sin nada... mejor sola que mal acompañada) en todos los sentidos. Aún no lo he superado, escribiendo esto me saltan las lagrimillas porque además en mi época de colegio me violaron dos veces e intentaron una tercera meterme mano, así que una acaba por los suelos. Con la confianza echa trizas...y con el miedo de que tus hijos, nietos o lo que sean no sufran lo mismo que tú, porque es muy doloroso.
PD: Decir además, a modo de anécdota, que en la época de instituto fue cuando conocí la serie de Bobobo y la que me "ayudó" a luchar por seguir adelante, a hacer menos amarga la espera de terminar los cursos y en general el instituto. No soy la primera que dice que Bobobo me cambió desde que lo ví, y para bien, aunque no sabría decir exactamente en qué ni porqué. Imagino que porque me ayudó a seguir adelante y ver un pequeño rayo de esperanza a final del túnel de la amargura tiene ese hueco especial en mi corazón, lleno de risas.
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